Esta es una historia en Varias partes. Si quiere comenzar desde el primer capítulo, Aquí!
La calma poco a poco fue retornando al país. En la capital la tristeza
podía respirarse en todos los rincones. Bajo el toque de queda y los operativos
judiciales transcurrían los días. Fueron capturadas 250 personas, decomisadas
300 armas de fuego, 80 armas blancas y 500 kilos de explosivos. El parte era de
victoria. La oposición radical, y además armada, había sido desarticulada.
“Alarcón se queda”; “Después de la
tormenta, llega la calma”; “Días de Paz”, comenzaron a
titular los periódicos.
Todas las familias recibieron una visita del Presidente. En persona
decidió darles el sentido pésame. Era su oportunidad de abrazar a su hija.
Al abrir la puerta sintió que la ira le carcomía los huesos. Mariana le
pidió a toda la delegación que los dejara solos. Cerró la puerta.
Toda la
vida soñé con conocer a mi padre, ¿sabes?
Lo
supongo.
Y hoy, que
debería ser el día más feliz de mi vida, resulta que es el más triste porque
por tu culpa, por tu culpa, Santiago está muerto.
Lo siento.
Agachó la mirada.
Con eso no
va a bastar. ¿Sabías que nos íbamos a casar?
No, no lo
sabía. Pensé que no estaban juntos.
Claro… Por
aquello de la tortura.
Porque él
me lo dijo…
Comprendió que existió un
interés de él por ella, y que Santiago le había ocultado ese encuentro.
Silencio.
Sofía… Intentó
tomarla de las manos.
Lo rechazó.
Quisiera poder borrar el pasado. Volver
a ese día en que le dije a tu mamá que nos fugáramos juntos. Desearía haber
sido valiente. Haber tenido la claridad para poder entender la situación. Pero
era joven. Y no logré dimensionar qué había sucedido con Antonia. Me enteré
justo antes de que mi madre muriera. Me pidió perdón por haber sacado a Antonia
de mi vida. Desde ese momento encontrarla se volvió en mi obsesión, que se
incrementó cuando me enteré de que tu existías.
¡Cállate!
¡Cállate! No quiero oírte más.
Perdóname.
Espero que algún día logres hacerlo.
Gabriel dio una vuelta y salió del apartamento. Una lágrima rodó por su
mejilla. En el pasillo del edificio, nadie entendía qué estaba pasando. Boris
era el único que sabía la cruzada de Gabriel por encontrar a su hija.
¡Espera!
Gritó Sofía. Corrió hacia él unos pasos. Y lo abrazó. La rabia se fue disipando
poco a poco
Le susurró
en el oído. Vamos despacio. Puedes escribirme.
Despedida
"After love came separation, and after separation death …
According to my
friend, Mr. Shakespeare".
Sofía
nunca más volvió a escribir.
Hoy baila
en París.
Y una vez
al año se encuentra con su padre para tomar un café.
Cada día
que pasa lo odia menos.
Y el sueña
con que algún día, ella lo ame.
FIN
increíble! Queriéndote mucho naty!
ResponderEliminarInesperado!!!
ResponderEliminar