Viene de Acá
Ya María Claudia salió. Qué respiro. A veces siento que me ahoga con su racionalidad a ultranza. La quiero. Pasamos de ser los mejores amantes, a los mejores amigos. Eso no lo puedo negar. Pero esta nueva situación no me deja pensar. ¿Qué hacer?
La he notado rara los últimos días. Pero no dice nada. Creo que el estrés laboral que la tiene así toda alejada. Toca dejarla. Ya se le pasará... Espero.
- Hola
- Buenos días. Ya eres libre?
- Sí.
- Pasas y desayunamos?
- Me parece delicioso.
- Te espero entonces
Las ventajas de ser jefe son varias. Una de ellas es que puedo llegar tarde a la oficina y nadie dice nada. Francisca es mi asistente, me reporta a mí, así que si llega tan solo 15 minutos antes que yo, nadie dice nada. Hemos sido discretos. Creo que nadie lo ha notado. Igual, en estos asuntos solo se hace evidente si hay preferencias, negativas o positivas. En este caso, la neutralidad es impresionante, y me hace sentir orgulloso de mi mismo.
La relación con María Claudia es bastante estable. Hemos compartido y construido muchas cosas. Pero se le murió la emoción a la cosa. Tanta libretad, tanta independencia. A veces quisiera como que ella necesitara más de mí, o por lo menos me celara un poco. A menos como para ponerle picante a la vaina. Pero nada. Ella y su racionalidad. Ella y sus normas. Ella... y ella.
Francisca es una mujer promedio. De esas que sí necesitan un hombre a su lado. Maneja cierta ternura e inocencia en su mirada, que me mata. Terminamos encuentados, y aun ni sé cómo. Solo pasó. Yo no buscaba nada, y ella no me va a aceptar que sí lo estaba buscando. En la cama, es increible. Además siempre tiene ideas maravillosas para seducirme. De solo pensar en las esas fotos que me manda, me dan ganas. La verdad, me dan ganas todo el tiempo.
Ahora. Ella aun no me pide que me separe. Y me asalta la duda de qué pasaría si me lo pide. ¿Echaría por el barranco mi matrimonio y mi estabilidad, por algo que no sé su funcionaría? No lo sé, no lo sé. Pensar en eso me aturde
- Hola
- Ya vienes?
- Te tengo que cancelar.
- Bueno, otro día.
- Chao
"Mi Mary. Espero que hayas tenido un buen viaje. Te extraño. ¿A qué horas te recojo esta noche?" Send.
Recuerda que todo es cuestión de puntos de vista... La realidad es relativa... Por eso trata de divertirte con lo que aquí encuentres, o quizá reflexiona un poco sobre los temas planteados. Nada aquí es absoluto porque solo escribo sobre CÓMO VEO LA VIDA Y OTRAS SIMPLICIDADES
OMG!!!..Quiero la tercera parte ya!!!!
ResponderEliminaresto se pone cada vez mejor!!! yo también quiero la tercera parte. :D
ResponderEliminarPaciencia paciencia... ya vienen las demás partes
ResponderEliminarjajaj esta historia esta muy buena.... ahhh y ahora?? ... bueno eso de las infidelidades hay que ver las dos partes... pero eso de que para ponerle picante arriesgar tanto??? ummmmm no me parece.
ResponderEliminarNo es mejor hablarlo???
vamos a ver en que termina esto.
¿Y para cuándo la tercera parte, guapa? :D
ResponderEliminarTa guenaaaaa!!!!!! quiero leer más!!!!
ResponderEliminarniñaaaaaaass!! pero acabo de escribir!!! mañana mañana!! Les tengo la III parte
ResponderEliminarMuy bueno!!
ResponderEliminar#sindicato a pronunciarse!!! Quiero más!!!!
Yo quieroooo másssss...!!!! Yo siempre he dicho que a los hombres hay que darles libertad pero también hay que saberlos mantener ahí amarrados de alguna u otra forma. Ya quiero saber cómo sigue esta historia, ta' buenísima!
ResponderEliminarPues es que a ver!!
ResponderEliminartodo tiene sus limites!
se necesita encontrar un punto de equilibrio!!
no podemos irnos a tal extremo del desentendido! o de la intensa posesiva!!
asi que por favoooor! continuemos a ver que hará este caballero con estas dos damicelas! :)
EXCELENTE!! Genial cómo puedes escribir por ambas partes. Muy interesantes las justificaciones que él se da para ser infiel
ResponderEliminarvoy al tercero con prisa ... :P
ResponderEliminarEl otro lado de la moneda...la quiere pero la monotonía les ganó...
ResponderEliminarmuy bien! voy por la tercera!
ResponderEliminarDMH