Y ese grado de ridiculez se incrementa cuando nos gusta un tipo, y peor aun si es un tipo interesante, exitoso, de sonrisa increíble. Veamos...
- Imagínate quién me invitó a tomar café.
- ¿Quién?
- Pues Juan Antonio Pedraza
- ¡No way!
- Síiiiii
- ¿Y cuándo quedaron en verse?
- Hoy mismo. ¡A las seis! Imagínate
- Ay no. ¡Qué emoción!
- Pero tengo problemas.
¿Qué? ¿Acaso no puedes?
- Me vine inmunda a la oficina.
- No! A ver, define inmunda.
- El jean oscurito que me queda grande, el saco gris, tennis, peli recogido...
- No me digas más. ¿Qué vas a hacer?
- Mierda. No puedo ir así...
Corrió como una loca mental al centro comercial más cercano., entró al almacén donde cualquier ropa seguro te queda bien. Agarró un jean, un pantalón negro, un par de blusitas, dos chaquetas. Cualquiera de esas combinaciones funcionaría. ¿Y los zapatos? Puta, tenia que volver a las 2 pm a reunión y ya se le agotaba el tiempo. Corrió un par de locales, y vio unos zapatos altos amarillos, de esos que te hacen más llamativa al pasar. Rezó para que hubiera su talla, y que su empeine no fuera a molestar. Los probó, los caminó en el local y aliviada, dijo: me los llevo.
Quedaba un detalle fundamental, el pelo y el maquillaje. Paró en una droguería, compró cosas para que el pelo se viera decente y confió en que su compañera de puesto tuviera pestañina y polvos.
Llegó llena de bolsas a la reunión, inquieta pensando en su invitación de las 6 de la tarde. Acabada la reunión salió como un tiro al baño. Se decidió por el jean, la camiseta blanca y la chaqueta negra, con los tacones amarillos. Regia. Metió la cabeza en el lavamanos, se humedeció el pelo. Crema para peinar y algo de gel para darle un toque informal. Su compañera de puesto, sí tenia algo de maquillaje. Con eso salió avante.
Lista, como nueva justo para irse a ver con el personaje.
Llegó a tiempo, al verlo casi se muere de la emoción. Se sentó con su mejor postura y su sonrisa más encantadora.
Hablaron un par de asuntos cotidianos, pasaron a la coyuntura nacional. Y ella esperaba señales de 'algo' que aun no llegaban. Pero ella seguía siendo encantadora, sacaba apuntes inteligentes...
- Pero dime algo, preguntó Juan Antonio.
- Claro lo que quieras
- ¿Estás feliz con tu trabajo?
- No mucho, pero me hago a la idea.
- Es que quería saber si te vendrías a trabajar en un nuevo proyecto
PLOP!!!
El negocio nunca se concretó, más porque ella se rehusaba a verlo como jefe. Prefería tener la ilusión, que evidentemente no se hizo realidad, de tener algo con él.
Se hicieron amigos y fin de la historia.
***
¿Si o no que somos culas las mujeres?
Me gusta!!! :D
ResponderEliminarjajajaj fijo ! cula no , bobaza ! ya trabajando con el man se le hace la vuelta!
ResponderEliminarDe acuerdooo con el anterior comentario , le falto fue inteligencia para enredar al tipo , primer paso trabajar con el , después hacerse imprescindible
ResponderEliminarjajjajajaja siempre hay excusa para gastar dinero en ropa!! =)
ResponderEliminarHay unas que son muy patéticas!
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