Se despertó y estaba sola. Esa mañana por fin comprendió que todo había terminado.
Miró a su alrededor y no había nada, solo vacío. Esa mañana entendió que debía construir sobre las ruinas.
Puso los pies en el piso y lo sintió frío. Se alegró porque por lo menos algo sentía.
Se dio cuenta que no estaba muerta.
Que el mal de amor no mata. Que lo que mata es la falta de ganas.
Abrió la ventana y sintió el viento en su cara. Se alegró de estar viva. Miró hacia abajo y supo que no estaba lista para morir. Miró al horizonte y comprendió que tenía mucho por hacer. Que buscar el amor no es el único imperativo.
Bajó corriendo las escaleras. Salió a la calle. Corrió hacia un parque. Ahí, sobre el césped, descalza, en pijama abrió los brazos, miró hacia el cielo y gritó. "Estoy lista para dejarte ir".
Tomó aire y gritó más fuerte. "Quiero dejarte ir".
Sintió su alma aliviada.
Sabía que desde ese momento Martín sería un hermoso recuerdo más y un ángel que la cuida desde el cielo.
Recuerda que todo es cuestión de puntos de vista... La realidad es relativa... Por eso trata de divertirte con lo que aquí encuentres, o quizá reflexiona un poco sobre los temas planteados. Nada aquí es absoluto porque solo escribo sobre CÓMO VEO LA VIDA Y OTRAS SIMPLICIDADES
Esa "despedida" aplica para muchas cosas...
ResponderEliminarSe me aguó el ojo y todo!!
ayyyyy :( que cosa mas triste, esta buenísimo!!! corto pero sustancioso...
ResponderEliminarMe encanta la actitud! Lo importante es que llega casi siempre, pero hay que afanarla Jajajajajaja
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