Sofía dejó de odiar a Santiago cuando concluyó la primera parte de la
historia. Le parecía estar leyendo una novela fantasiosa sobre un Gobierno sin escrúpulos y una
fuerza élite de agentes torturados por días enteros. Recorrió la conversación
varias veces en su cabeza.
¿Cómo se
puede sobrevivir a eso?
Uno tiene
que aferrarse a algo. En este caso, mi motivo fuiste tu. No sabes cómo me
torturé por no haberte podido avisar. Debí haber sido más cuidadoso.
No tuviste
tiempo de pensar con claridad.
Toda
nuestra historia fue demasiado rápido.
¿Te
arrepientes?
Si me
hubieras preguntado ayer, la respuesta hubiera sido un no rotundo. Hoy, ya no
sé.
La instrucción era reasignar a los agentes que prestaron sus servicios a
la Colmena. Los más jóvenes irían a operaciones en el extranjero. Los mayores
fueron situados en labores burocráticas de las oficinas de las diferentes
fuerzas. Algunos de ellos continuaron realizando seguimientos, aunque solo los
avalados por una orden judicial. Pacto de silencio entre todos. Altas sumas de
dinero en compensación.
Santiago Aldana continuaría realizando ‘el seguimiento especial’, sería
él el custodio de la información correspondiente a este caso. Sin darse cuenta,
tenía en su poder una serie de dispositivos de almacenamiento, una maquina
completa de seguimiento, y otro computador. Los aparatos anteriores fueron
retirados. Prefirió no preguntar por qué el interés en Sofía. Pero guardó
silencio. Aun tenía temor por el castigo.
Gobierno pide en
extradición a David Martínez. Se le acusa de traición a la Patria. En una
circular emitida a través de la Agencia Internacional de Inteligencia y
Policía, el cuestionado Gobierno de Gabriel Alarcón, solicitó a los países de
la Alianza del noroccidente que entreguen a David Martínez como contribución a
la seguridad del país. La instrucción indica que “el Señor Martínez, haciendo
uso de información de inteligencia clasificada, puso en riesgo una serie de
operaciones para salvaguardar a nuestro país”. Agregaron a la solicitud que
“adicionalmente el señor Martínez tergiversó y mintió frente al verdadero
objetivo del Gobierno con las interceptaciones a algunos ciudadanos
involucrados en actividades ilegales”…
Mariana se preocupó al escuchar la noticia. Devolverlo al país sería
firmar su pena de muerte. Eso sería devastador. Bienvenida a tu país, pensó
mientras escuchaba la noticia en el taxi de regreso a casa.
¿Viste la
carta?
Si la vi.
Me sorprendió. Muy dura.
Es la
realidad Sofi.
Lo sé.
Pero habrán tenido sus motivos.
Ya sabes
que yo pienso que nada lo justifica.
Lo sé.
A
propósito, ¿cómo firmaste desde Praga?¿Ahora tienes el don de la oblicuidad?
Nada de
eso. La carta la dejé escrita y firmada antes de salir.
¿Qué crees
que le va a pasar al que reveló todo?
Espero que
los encargados estén solucionando su situación en el exterior, la idea es que
tenga una nueva identidad.
¿Eso es
legal?
¿Era legal
que nos hicieran lo que nos hicieron?
Supongo
que no.
Es lo
mismo.
David Martínez no era ni tan honesto, ni tan transparente. Había
participado de un par de ‘torcidos’ cuando se encontraba en operaciones contra
el narcotráfico en países productores. Pensaba que cualquier cosa justificaba
el conseguir dinero extra. Esta no era la excepción. Le vendió su carrera, y de
paso su alma, a la oposición. Al final era menos peligroso que traficar con
drogas. ¡Qué más da! Lo haré. Fue su respuesta cuando lo contactaron para que
contara la historia. Todo el proceso comenzó con un entrenamiento en manejo de
medios. En el proceso, se construyeron las frases, los gestos, las miradas
perfectas para conmover al mundo. Y lo logró. Pero toda la pantomima palidecía
al lado de una amenaza terrorista.
Se enteró del pedido de extradición estando en la habitación del hotel.
Había cambiado su nombre pero ni su apariencia. No tardarían en encontrarlo.
Alemania era bastante eficiente en hallar fugitivos. No era de los que se
asustaba, pero hubiera querido tener un plan de escape precisamente organizado
para prevenir este tipo de impases.
Sofía no quiso hablar con Mariana del encuentro con Santiago. Era mejor
procesar sola toda la información. Además, Mariana seguro le impondría una
carga política a su historia de amor, que no estaba lista o –o más bien
dispuesta- a tolerar. La conversación con Santiago la había dejado muy
confundida. Entendía las motivaciones. Entendía el drama y todo lo horrible que
había pasado. Entendía el contexto. Pero no podía comprender el interés en
ella. ¿Había algo que ella ignoraba sobre su pasado? ¿Quizás sobre su mamá?
Las dudas le carcomían el alma. Estaba llena de preguntas sin
respuestas. Creyó por un instante que su vida era un acertijo.
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