Alarcón era un convencido de que para tener seguridad, era necesario
sacrificar una serie de libertades. Creía firmemente en el empadronamiento, en
la perfilación de los ciudadanos, en el control total. Hizo su sueño realidad.
Pero se le salió de las manos. Era difícil explicar que una democracia se
fundara sobre valores antidemocráticos.
La seguridad había mejorado significativamente desde que se podían
prever los crímenes. Desde un asalto menos, hasta una conspiración para tumbar
al Gobierno. El tiempo no le alcanzó para lograr establecer los mecanismos
expeditos que le permitiera realizar todas las capturas necesarias. “Los delincuentes políticos siempre son
paranoicos. Para agarrarlos es necesario un poquito más”.
Boris había alcanzado a extrañar a ese Gabriel. El calculador. El frío.
El político. El hombre sensible en el que se había convertido no lo terminaba
de convencer. “Debería dejar eso para el
retiro. Por ahora lo que requerimos es agallas”, se decía. Boris hubiera
querido entender los motivos, pero si bien los conocía a fondo, no podía
comprender cómo un hecho como se podía marcar a alguien de esa manera. A veces
sentía que su hermana tenía la razón cuando le decía: “hay muchas cosas que tu no entiendes, sencillamente porque no tienes
corazón”.
Estimas Tía
Margarita y Tía Fabiola
Les escribo este correo con el corazón
en la mano. Estoy a punto de salir de viaje por la gira del Ballet. Estoy
demasiado feliz por eso, pero hay algo que me atormenta. Es más, que me ha
venido perturbando desde hace muchos años. No me pregunten los motivos, pero
necesito saber quién es mi padre y por qué mi mami nunca quiso decirme nada. Yo
sé que ustedes lo saben todo. Y sé también que les he preguntado reiteradas
veces, pero esta vez la petición se asemeja más a un ruego. Ustedes eran inseparables.
De verdad, necesito entenderlo todo. ¿Será mucho pedir que me ayuden? Un poco
de honestidad no le cae mal a nadie nunca. Además ya no soy una niña.
Las adoro con el
Corazón. En 15 días viajo a la costa. Espero poder verlas. Sofi.
Te amo.
Pensé que
nunca lo ibas a volver a decir. Menos así de pronto.
A veces es
mejor rendirnos a nuestros sentimientos.
Te voy a
extrañar.
No son
tantos días.
Lo sé.
Pero de todas maneras. Apenas recomenzamos.
Tenemos
toda una vida por delante.
Mariana estaba ausente. Permanecía encerrada, esperando que en algún
momento alguien viniera por ella. No quería comentar nada. Ni siquiera a Sofía.
Esculcaba noticias de todos los medios alternativos posibles solo para saber si
Martínez había sido el único. Pero no había nada. Pensó que la conspiración era
más grande de lo que se había imaginado en un comienzo.
“Permítanme,
compatriotas, alterar un poco la agenda del día de hoy, para dar unas reflexiones
sobre esta declaración del Presidente Alarcón.
Querido, Estimado Gabriel:
la verdad es que a usted se le olvida que esta Gran Nación le ha apoyado
irrestrictamente. Le ha soportado todas sus posiciones en los escenarios
internacionales.
La verdad,
Presidente Alarcón, es que cuando no hay argumentos y se apela a los insultos,
como usted lo hace, se afectan no solamente las relaciones internacionales,
sino que, en este caso, usted con sus mentiras y su falta de argumentos hiere
la dignidad de su propio pueblo, al que usted representa.
La verdad,
Presidente Alarcón, es que nosotros no necesitamos una invasión a su territorio
para lograr el desarrollo económico. Pero usted, usted sí necesita de este
escándalo para tapar el desastre en el que se ha convertido su democracia.
Sus palabras, sus
actitudes, dan la impresión de que usted no está interesado en la paz entre las
naciones, sino en mantenerse a toda costa en el poder.
La verdad,
Presidente Alarcón, es que no se puede incendiar el Continente como usted lo
hace, hablando un día contra nosotros, al otro día contra los Estados Pares;
maltratando un día al uno o al otro día al otro. No se puede maltratar al
Continente, incendiarlo, como usted lo hace, hablando de conspiraciones e
invasiones.
La verdad,
Presidente Alarcón, es que no se puede amañar la historia, no se puede manchar
la memoria de quienes construyeron nuestra patria, para desorientar a los
pueblos.
Me preocupa mucho
que usted, afanado por controlar el caos interno que lo agobia ahora trate de
apelar al viejo truco de estimular el odio contra nosotros y contra mi Gobierno
para buscar su favorecimiento de la sociedad.
La verdad es que
los antecedentes de mi Gobierno demuestran hemos sido respetuosos de todos los
Gobiernos y de todos los países del mundo.
Apelo a la
reflexión, a la conciencia de sus gobernados para que no se dejen engañar en
este tema”.
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