Entonces
fui a verla. Y pasé por diversos estados: me atrapó al comienzo, me pareció interesante el inicio de la
interacción con los aliens, cabeceé un par de veces en la mitad y cuando pensé
que se iba a poner buenísima… zas, se acaba. Ahí dije “¿por qué me vi todos
estos minutos de Amy Adams? ¿Por qué?” Y me quedé con la sensación de que
hicieron una película de extraterrestres para contar un drama y centrar todo en
la protagonista. Sólo nos sorprende una vez. Y ya con eso todos quedan
contentos.
A esta
peli le quedaba bien el nombre “La Traductora”, y ya –pero ya hay una peli con
ese nombre.
Les
aclaro que las 4 personas con las que fui a ver la película dijeron que era
buena, entonces, si le gusta Adams, y no me importa que el final se tire toda
la historia, vaya a verla, y me cuenta.
Y debo
decir que la película estéticamente es bella, no es apocalíptica, y tiene
bastante de romanticismo. Los encuentros con los extraterrestres son bien recreados,
aunque uno no logra generar ningún tipo de empatía u odio como las pelis a las
que estamos acostumbradas.
Les voy
a explicar por qué no me gustó. Vamos por partes, pero si no la han visto, no
la lea porque seguro me le tiro la historia.
La
película comienza contándonos el desenlace: una madre pierde a su única hija
por cuenta de una enfermedad que podemos asociar con un cáncer. Pero por
maquillaje y representación el físico de la madre siempre es el mismo. Incluso
cuando comienza la narración lineal. Ósea, la hija nace, ella se separa (lo
asumimos porque hay argolla pero nunca aparece el papá), la hija crece y se
muere, y la madre se sigue viendo igual. Es decir, qué malos maquilladores, o
lo hicieron para confundirnos, pero resulta bastante inverosímil que una mujer
no envejezca en 16 años.
Entonces
–después de que nos resumen la vida con su hija- Louise Banks, aparece a dictar
una clase. Uno asume que es post muerte de su hija, y ahí mismo comienza la
llegada de las naves de los extraterrestres. Todo es caos, porque la gente
entra en pánico. Pero ella no. Incluso va a trabajar cuando nadie más lo hace, preocupados por una invasión. Tan ecuánime ella. Entonces
la busca el gobierno para que “traduzca” algo dicho en idioma extraterrestre.
¿En serio las fuerzas de inteligencia de EEUU son así de brutas que creen que
alguien puede descifrar un idioma desconocido así, con 15 segundos de
grabación? Puta, ni que hubiera tales genios.
La Dra
Banks así termina yendo con un físico al centro de operaciones de seguridad
nacional de EEUU donde se estudian los visitantes para poder lograr
comunicación con ellos. Entonces, los aliens eran amables, nos querían decir
algo y no podíamos interpretar. Por eso nuestra protagonista genio decide
enseñarles a los extraterrestres (que son parecidos a los de los Simpsons: una
pareja de hectápodos, aunque estos sin ojos) a escribir nuestro idioma.
Esto
resulta interesante, sobre todo por la forma cómo ella aborda la necesidad de
lenguaje común para llegar a la pregunta ¿Cuál es su intensión en la tierra?
Cada país donde hay una nave (12 en total) intenta descifrar esta pregunta,
pero en la medida que cada uno descubre lo sustancial, zas, se desconecta del
centro de comunicaciones internacional. Normal, los chinos y los Rusos no
compartirían su información. Durante todo este momento, la Dra Banks se la pasa
viendo escenas de la vida co su hija, que hasta el momento pensamos que son
recuerdos.
Entonces,
Banks, forzada por la presión de China que quiere levantar a bombas la nave en
su territorio, apresura el asunto y
lanza la pregunta. La respuesta: que nos dieron un arma que la usemos. Drama…
¿Entonces que cada país tiene un arma y los aliens quieren que nos matemos
entre todos los humanos? Pero Banks insiste en que ellos son buenos. Claro, si
se dedicaron 3 o 4 meses a aprender a escribir y nunca atacaron, ¿por qué
declararlos nuestros enemigos? Lógico. Entonces va a preguntarles eso qué
quiere decir. Le dicen que ella tiene el
poder de ver el futuro, como ellos. Que le dan ese arma a la tierra porque en 3
mil años van a necesitar ayudar de la tierra.
Entonces
todo lo que hemos visto de la vida de Banks, su enamoramiento, su hija, la
muerte de la hija, todo era el futuro, que ella pudo comenzar a visualizar,
cuando heredó el lenguaje de los extraterrestres, que era al final de cuentas
el arma, porque con el entendimiento de ese lenguaje, se entendería el tiempo
de una manera distinta, entonces se podría ver el futuro. Listo, hasta ahí
interesante. Pero resulta que la película acaba y nunca entendimos para qué los
extraterrestres necesitaban heredarnos esto.
Claro
que Banks -que es Amy Adams con su tradicional cara de sufrimiento eterno,
gracias a que vio el futuro- logró convencer a China de no lanzar el ataque
contra los extraterrestres, salvó a la humanidad y se convirtió en una experta
en traducir el lenguaje de los aliens. Eso si, separada y con hija muerta,
porque eso sí que debe ser una mamera ser el esposo de alguien que ve el
futuro.
Y ahí
quedamos… sin entender toda la ciencia ficción para qué. ¿Para qué vinieron los
extraterrestres? Qué desinfle. Si hubiera querido un drama humano hubiera ido a
ver otra cosa.
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